El siglo XIX representó el inicio de una nueva era en lo referente a la revalorización del ámbito educativo. El triunfo del liberalismo fue acompañado por una clara apuesta a favor de la segunda enseñanza, reivindicándola como el nivel por excelencia del nuevo sistema educativo que se ansiaba instaurar. Los Institutos de Segunda Enseñanza debían ser los baluartes representativos de dicho proceso. La promulgación del Plan Pidal, en 1845, supuso la implantación de la segunda enseñanza en España, un nivel educativo con una clara orientación hacia las clases medias-altas, llamadas a desempeñar en el futuro los principales puestos del Estado. Unos años más tarde, en 1850, se propuso la creación de una enseñanza de carácter profesional, paralela a la segunda enseñanza; dicha enseñanza, que pretendía ofrecer una capacitación específica para el desempeño de profesiones, derivó en el surgimiento de las denominadas Escuelas Especiales: Náutica, Comercio, Academias de Bellas Artes, Escuelas de Dibujo, Agricultura y Enseñanzas Industriales. El libro El Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Guipúzcoa (1845-1901), ofreció al lector un pormenorizado análisis del proceso de surgimiento, evolución y consolidación del principal estandarte de la oficialidad de la segunda enseñanza en la provincia. El libro que el lector tiene ahora en sus manos está íntimamente interrelacionado con el anterior, y su principal pretensión es delimitar el complejo entramado constituido por los centros de segunda enseñanza y las enseñanzas especiales en Guipúzcoa. En la época de análisis, la referida provincia se hallaba sumida en un proceso de modernización. Además, las características propias de la configuración provincial derivaron en una panorámica en la que las enseñanzas especiales fueron especialmente valoradas, si bien en ocasiones las circunstancias de la época dificultaron que se pudiese responder a ellas adecuadamente.