La grafística y la documentoscopia, como disciplina integrada en el ámbito de la criminalística, ha alcanzado un elevado desarrollo y exigencia, debido al uso de la tecnología para la resolución de los interrogantes que pueden rodear a un documento falso que pretenda usarse como prueba documental ante un tribunal. En la actualidad, existen pocas obras que aborden temas tan importantes como son los relativos a las posibilidades de la tecnología actual para estudiar las alteraciones en los documentos, así como abordar con detalle retos tan acuciantes como las técnicas de discriminación, los entrecruzamientos y la dilatación de las tintas, proponiendo nuevas soluciones acorde a las investigaciones científicas.